2 de mayo de 2016

¿Y LAS ELECCIONES REGIONALES?



   Samuel Huntington, aquél polítologo estadounidense que se popularizó con la obra el choque de las civilizaciones, aseguraba que a medida que una sociedad se veía llamada a más procesos electorales era entendible como sus niveles de participación pudieran irse viendo decrecer. En el caso nuestro, el axioma no se cumple, y pareciera que si éste año tuviéramos que asistir a al menos dos eventos electorales, la participación sería similar a niveles de eventos pasados. Las elecciones no se dan para legitimar las encuestas, como tampoco las encuestas confirman definitivamente el destino de una elección. Pero ¿Que sucede con las elecciones regionales?



  Las Gobernaciones, así como las alcaldías, serían en la suma de variables que conforman el poderío de la Revolución, las estructuras gubernamentales de mayor interés a salvaguardar. Su status es proyección de lo que podrá ser la revolución y hacia donde posiblemente puedan tener mayor eco grupos a lo interno del Partido Socialista Unido de Venezuela. Para la MUD, las Gobernaciones terminarían resultando el segundo paso en un proceso de recuperación democrática de espacios que terminaría por decantar la balanza a lo interno de este grupo.



   Estuvo la idea en algún momento de que el corredor llanero del país sería el asidero electoral de la revolución ante cualquier embestida política. Las elecciones de Diciembre confirmaron que aquí no existe ningún búnker político a posteriori y que cualquier cambio de preferencias electorales que se adhiera a la idea de cambio se llevaría por delante cualquier localidad, más aún, cuando en las circunstancias actuales que invitan a la confianza, se dan mas episodios de incertidumbre y de restricción en las comunicaciones. Esto es un hecho propio de eventos de crisis y no características de quienes lo lideran. Nunca he visto una manera democrática de gerenciar la crisis. 




   Políticamente es entendible que cualquiera de los actuales Gobernadores no asuma la idea voluntaria de promover estar en la primera linea de fuego electoral luego de los  efectos de las decisiones económicas tardías. Esto, aunado al hecho de que exista mayor verticalidad en las decisiones, es un desafío para el equilibrio de las fuerzas internas del PSUV. Este escollo explica en parte probablemente el silencio de este evento, para no pensar que pueden ser los primeros involuntariamente sacrificados en virtud de una decisión altruista.

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