El barril de petróleo catapultó a Chávez y está desterrando a Maduro. Lo demás es añadidura, y me disculpan el simplismo ésta vez. Lo irresuelto es evidente. No ha habido un modelo político que responda a uno económico sustentable en precios bajos, y que a su vez pueda mantener niveles de aprobación satisfactorios. En criollo, ¿Cómo se mantiene una vaina tan cara con los precios bajos? ó ¿Cómo hacemos que nos crean sin dar mucho?
Una evidencia: Si las elecciones a Gobernadores se realizaran el próximo domingo, el resultado seria mayoritariamente favorecedor para la MUD, inclusive hasta en el corredor llanero donde se pensaba que sería el búnker electoral más fuerte del Chavismo. El barril lo tumba todo. La historia, la épica, la narrativa, todo. Aristóteles nos dejo la idea de que la realidad es la única verdad.
Pero la elección no es éste domingo y aún queda camino por recorrer. La ventaja actual de la MUD sólo podrá mantenerse bajo los malos tiempos del Gobierno en materia económica, sobre la capacidad que tengan en demostrar que están imposibilitados por el poder ejecutivo y judicial de llevar adelante un conjunto de acciones que hagan posible mejorar los niveles de abastecimiento y reducir la inflación y sobre su unidad necesaria. Estos propósitos en el tránsito de los meses que vienen tienen sus desafíos y sobre todo colocados en el vector tiempo.
El más importante de ellos, al margen de mantener su unidad, es evitar la culpa catastrófica. Al no parecer que el Gobierno pudiera capitalizar en el corto tiempo alguna imagen positiva para con sus medidas económicas -la percepción es que se está gobernando para mantenerse y no para superar las dificultades- la culpa aunque continuará adjudicándose al Gobierno y particularmente al Presidente, el escenario estará presto a culpas compartidas, lo que probablemente pueda afectar la confianza en la oposición. Este sociedad nacional tan sólo a principios del siglo pasado era de la más pobres de la América Latina. Volver a eso sería culpa de todos.
A el Chavismo si le interesa más el poder que el Gobierno debe dejar de evitar entrar en el mundo de las contradicciones, de hecho, es el momento cuando más de sus partidarios lo entenderían. La realidad los justifica, pero si lo quieren en la teoría, ¿No es la historia dialéctica pues?
No hay comentarios:
Publicar un comentario