Los
indicadores que miden la calidad de la Democracia en América Latina tienen
entre sus resultados comunes que el gran desafío para nuestras Democracias es
la lucha contra la incidencia de las redes del crimen organizado internacional
y la presencia de grupos irregulares en nuestras sociedades. Sus inserciones en
las estructuras del Estado y en la vida cotidiana de los ciudadanos se generan
a través de procesos de cooptación, acompañados de acciones que buscan su
legitimación social a través de estrategias clientelares que colocan en riesgo
la legitimación política del rol de las instituciones del Estado Democrático y
vulneran la dignidad de la persona humana como principio fundamental. Este es
un desafio que afecta a todos y en multiples dimensiones.
La pobreza como terreno
fertil y los jovenes como actores claves, son el iman para este tipo de grupos
y organizaciones. Si se quiere atacar el problema de raiz, estos dos elementos
son claves. El problema que mas se
distingue en el actuar de estos grupos es el del Narcotráfico. Son las esferas
de desarrollo social y calidad democratica donde los efectos de estos actores
mas incidencia tienen.
En el desarrollo social, la reproduccion de valores culturales, modismos,
lenguajes, actitudes, patrones de conducta, idearios sociales permean el
imaginario de los jovenes. No es Bolivar, ni Miranda, ni Vargas, ni Roscio
quienes se convierten en el modelo imaginario de los jovenes a seguir, sino es
el del mas fuerte, el mas armado, el mas adinerado, el mas apadrinado, en fin,
el de una especie de pablo escobar de este siglo. Quien tambien, en el
entendido de la esfera de la pobreza y el del actuar con los jovenes, obra en acciones
clientelares que solidifican su legitimacion social y hacen del actor un candidato
santo de los humildes.
En la calidad democratica el impacto de este problema es la generación de
una profunda fragilidad institucional que en su peor escenario conduce a una
desnaturalización del Estado. El poder es desnaturalizado. Las elecciones son
juegos a oscuras. Los esfuerzos profundos de que la politica quede en los
politicos son echados al suelo. El poder se transfigura y transmuta.
Este es y sera un desafio para la Democracia Latinoamericana de este Siglo
XXI. Nos convoca a todos y desde temprano. Como reza el dicho, manana es tarde.
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