La coalicion opositoria ha puesto en el tapete el
nombre de un outsider para la sustitucion de la vacante en la Secretaria
Ejecutiva, y al parecer, el perfil ha generado la simpatia de muchos por el
trabajo del considerado expuesto en el ambito social a traves de los medios de
comunicacion. De entrada, esta nominacion nos dicta mucho de la lectura interna de la
mesa de la unidad democratica respecto al problema que transita.
Por las afirmaciones positivas que se leen del
nominado, el problema de la MUD no era politico, sino de incompresion y
representatividad del ambito social, y por ello alguien de las caracteristicas
del periodista postulado fungen como alguien oportuno, ideal y vigente para la
sustitucion del Dr. Aveledo. El problema de la MUD no era de carencia
comunicacional; no era la adecuacion de una estructura operativa en tiempos no
electorales; no eran los vaivenes de la incompresion politica de los aliados
internacionales; no era la debilidad de la estructuras partidistas; no era la
antiquisima representaciones politicas regionales; no era la carencia de
capacidades economicas producto de la privatizacion y estatizacion de la
participacion politica. No. El problema era de representatividad social y nadie
mejor que un periodista para ello.
Justifican esta postulacion en el error vociferante y
que aturde de la primacia de lo social a lo politico obviando olimpicamente la
inherencia de ambas esferas. Porque la respuesta al orden, al como vivir, es
politica y no social. La moral es al derecho como lo social es a la politica y
a lo politico. Pero respuestas elementales que deben darse por sentado a estas
alturas y mas de quienes aspiran llegar al poder, son parte del ciclo de
errores, que parecen de termino, pero que son de fondo, porque se trata del
poder, no de filosofia y menos de representacion simbolica de los mas humildes.
La crisis de la MUD es politica y no de representavidad. Es de incompresion del
rol de los consejos comunales y de su significacion en la distribucion del
poder, es de carencias profundas de la significacion cultural del chavismo, es
de la persistente vision exclusivamente occidentalizada de los actores globales.
En fin, detras de la conclusion que arrojo tal nominacion, porque efectivamente
no es una decision politica, se confirma que hay una profunda, triste y
lamentable carencia de comprension del poder.
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