6 de octubre de 2013

LA TECNOCRACIA DE LA COMUNICACION: ENTRE EL CONTROL POLITICO Y EL SOCIAL



Reflexiones sobre Bourdieu y su libro Intelectuales, política y poder. Capitulo “La Tecnocracia de la comunicacion”. Anotaciones para una reseña bibliográfica.3



Agobiante resulta para quien entienda que si no es público su accionar, por muy menesteroso que fuese, el impacto del mismo termina en un saco roto si no se logra hacer saber. Claro está, me refiero a aquellos con interés del crédito público, del reconocimiento, del aplauso buscado, no los de la caridad discreta, los de la sigilosa misericordia. Hablo de los aspirantes y poseyentes del poder político.


   Aspirantes y poseyentes transcurren en infinidad de veces por el problema de la tranca, del desvío, de la no atención y seguramente a veces de la estratagema de la exclusión comunicacional. Según Bourdieu en el capítulo que se denomina como el título de esta entrada, esto es el resultado de una acción conjugada de varios factores, algunos de estos factores depende de la evolución interna de la producción cultural, sobre este punto el autor se refiere en especial a la vocación especialísima de los investigadores y comunicadores a prohibirse la ambición, la amplitud intelectual, y de prestarse más bien al hecho noticioso, al credo especializado, a lo diminuto, a lo concreto. La otra conjunción de factores que determinan la dificultad de la noticia de aspirantes y poseyentes, está relacionada según Bourdieu, al resultado del dominio cada vez más prominente de la tecnocracia que manda a los ciudadanos de vacaciones, favoreciendo la “irresponsabilidad organizada” (Si, a veces ese hecho manifiesto que notamos en las fechas cumbres de desaparición espontanea de la ciudadanía, a eso es lo que llama “irresponsabilidad organizada” Bourdieu recordando la fórmula de Ulrich Beck).


   El apaciguamiento ciudadano en lo estelar que a veces no responde ni al más incendiario y trágico-emocional discurso ni  al más desdeñable transito vivencial puede ser el resultado de esta complicidad tecnocrática de la comunicación que prepara esta cultura vacacional ciudadana. El control social y político a través de lo comunicacional es cada vez más un hecho manifiesto. Esta complicidad a la que aludimos no es individual – como ninguna-, sino con algo, con alguien, con varios, esta se da comúnmente entre tecnócratas – los del poder (algunos) y los de la comunicación- La aspiración de estos cómplices, además de la “irresponsabilidad organizada” (la desconexión general del público sobre temas políticos sensibles acompañada de una distracción de apariencia inexplicable) es la de instaurar un vacío de la rutina mediática en el corazón del aparato comunicacional. Es la pauta para la intelectualidad orgánica que va en la dirección de monopolizar el debate público en detrimento de los intelectuales mismos, de los políticos mismos. Es la pauta para la literatura comercial y para las necesidades del comercio. La aparición de más cultura, literatura e intelectuales de nuevo cuño suele estar acompañado en últimos términos de este despropósito.


   Este vacío de la rutina mediática en conjunto con la preparación de las vacaciones ciudadanas, es el propósito de la complicidad de parte de la tecnocracia política con la comunicacional que puede explicar la anomia de sociedades.

@villachitty

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