Articulo para la revista Española MasPoderLocal
Nelson J. Villavicencio
Por razones fortuitas, quien había venido siendo un líder controversial de
la política latinoamericana en la última década, ha dejado de acompañar en vida
a su pueblo y seguidores en todo el mundo. Chávez, un hombre de convicciones,
testimonio, autenticidad, atrevimiento, terquedad, gracia, en fin, un ser
humano de esta humanidad inconmensurable ha dejado de existir para sorpresa,
dolor y sonrisa de algunos. Escribir sobre Chávez, su personalidad, obra,
humanidad, es en parte describir en síntesis elementos de la Venezolanidad.
Juzgar sobre él, su significación, aciertos y desaciertos, será una tarea que
acompañara a varios escritores, políticos, intelectuales, personalidades y
académicos del mundo en los próximos tiempos.
A pesar de este hecho, el poder no da tregua y brinda poco tiempo, luego de
14 años los Venezolanos estarán próximos a elegir un nuevo Presidente sin su
principal favorito. La Revolución Bolivariana tiene el reto garantizar su
continuidad en el ejercicio del Gobierno mediante una elección políticamente ad-hoc para con su elegido y pre
designado candidato Presidencial, Nicolás Maduro. La agenda y opinión pública
estará signada nuevamente por un proceso electoral inminente de características
particulares, entre ellas, principalmente dos. La primera, es que Venezuela
tendrá un candidato-presidente por parte de un grupo político. Una sentencia
del Tribunal Superior de Justicia ha señalado bajo el supuesto de la
continuidad administrativa la posibilidad de que el Vicepresidente pueda asumir
la Presidencia (e) de la Republica. Esto permite que Nicolás Maduro, antiguo
Vice Presidente y candidato designado por Chávez antes de su desaparición
física, sea el Presidente de la Republica, y además, candidato oficial del
Gobierno. La segunda característica de este proceso lo determina el lapso para
su realización, según la Constitución Nacional las elecciones deben realizarse
en un periodo de 30 días. Esto llevara a que la campana electoral por parte del
sector oficial coloque a Chávez como figura trascendental-sentimental-política
para su movilización. Este grupo goza el impacto positivo inmediato de que la
polarización socio-política aumentara- algo que suele beneficiarle -, así como,
su homogenización sentimental, permitiendo esto que sus niveles de
participación puedan ser símiles a las de una elección presidencial pasada con
la participación de su líder fundador.
Dado estos tres elementos – Aumento de polarización, homogenización
sentimental del Chavismo como grupo político, y alto niveles de posible
participación electoral como grupo- podemos afirmar una previsible continuidad
del Chavismo sin Chávez por los momentos y la baja probabilidad de una escisión
interna en un corto plazo. No obstante, esta previsible victoria inmediata
tiene cuatro grandes retos políticos: Fortalecer el liderazgo de Nicolás Maduro
a lo interno de este grupo político de característica centralista-vertical, Continuar
y mejorar la Gestión Gubernamental y su foco en lo social, mantener el
equilibrio político interno dentro del Chavismo que es elemento que brinda paz
y estabilidad política en Venezuela, porque solo es el equilibrio interno de
los grupos de poder e interés del Chavismo lo que asegura la estabilidad
política en Venezuela, y por último,
tratar de mantener el liderazgo y la influencia de Venezuela en Latinoamérica y
el Caribe.
La oposición Venezolana por su parte, debe tratar de hallar un elemento de
convergencia distinto al mero ascenso del poder que la mantenga unida y tratar
de contener a través de elementos políticos el asentamiento político-cultural
del chavismo como ideología popular. El primer propósito es inminente puesto
que a raíz de los resultados de los últimos procesos electorales se han
manifestado en este grupo político la existencia de tres corrientes internas.
La primera, los dialoguistas,
encabezada por los partidos históricos y tradicionales (COPEI y Acción
Democrática) que reclaman la necesidad imperante de un dialogo y encuentro con
actores del Gobierno Nacional en procura de la defensa de temas de interés
general. Una segunda corriente, liderada por la Diputada María Corina Machado y
el Ex Diplomático Diego Arria, que podemos llamar los demócratas radicales, los cuales reclaman la dificultad de
poder vencer electoralmente a Chávez si no hay un cambio profundo en el sistema
electoral y político. Y un tercer sector, que denominamos mesurado formalista, los cuales son partidarios ante todo de
mantener los logros que ha obtenido la oposición. Hallar este elemento de
convergencia distinto al mero ascenso del poder y por ende de acción
recurrentemente electoral, es tarea inmediata e inminente ante un proceso
electoral de resultado previsiblemente adverso y de consecuencias poco
alentadoras para las elecciones de autoridades locales y para la moral de sus
electores.
No obstante, la oposición está condicionada a participar en esta elección
presidencial a sabiendas de la dificultad y características que la misma
encierra y su significación para las posteriores elecciones de Autoridades del poder local.
Según el sondeo de varios estudios de opinión, el Ex Candidato Presidencial
Henrique Capriles posee una ventaja superior al 70% sobre cualquier otro
liderazgo interno de este grupo político, traduciéndose esto en que
probablemente este sea su candidato para este proceso electoral. El reto de
este grupo político en corto plazo ante esta compleja elección no es otro que
el de salvaguardar el capital político alcanzado en el año 2012, unos 6.591.304
votos, (44.31%) y luego el de tratar de contener la incrustación
cultural-política del chavismo como ideología popular.

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