20 de mayo de 2012

ELECCIONES PRESIDENCIALES FRANCIA 2012: MITOS Y REALIDADES


Por Nelson Villavicencio Chitty

“Para ser elegido es necesario haber sido derrotado, para ser amado es preciso haber sufrido” Francois Hollande.







¿Quién es políticamente el nuevo Presidente de Francia?


   Parece una pregunta de perogrullo, pero no es ociosa y ocurrente. El nuevo presidente de Francia es el segundo Presidente socialista de la V República Francesa. Inició su carrera política como asesor del presidente socialista que le antecedió, François Miterrand. Su vida privada puede darnos alguna lectura de sus resultados políticos;  Luego de 20 años de relación y de cuatro hijos, viene de divorciarse con la pasada candidata del partido socialista, Segolene Royal, la cual apoyó sin vacilaciones en el año 2007. En el año 2008 en las internas del partido socialista francés, Segolene Royal pierde la elección por 42 votos. La salida perfecta estaba casi consumada. Ella Secretaria General del partido socialista, y él, candidato presidencial, pero los divorcios no son tan sortarios, al menos para ambos.


  No obstante, hay un detalle que vale la pena recordar, y es que Hollande no era la primera opción del partido socialista Francés, sino la solución a la que se llegó luego de los escándalos de Strauss-Kahn. En las primarias pasadas, la actual Secretaria  General acuso a Hollande de representar una izquierda blanda. Esta apreciación puede causar algunas decepciones contra los que apuestan que Hollande representa un hombre de transformaciones profundas, francés a ciegas y de dudosa visión europeísta.

   Una apreciación más acertada de Hollande y menos decepcionante, es la que lo define como un hombre que aspira reivindicar el papel de la política: “Mi adversario de verdad no tiene rostro, no tiene nombre, ni será candidato. Pero es quien gobierna.  Es el mundo de las finanzas, que ha tomado el control de la economía, de nuestras vidas, de la sociedad”. Afirmaba luego de la elección.


¿Quién ganó la elección? : Hollande y Le Pen.


   ¿Perdió Sarkozy o ganó Hollande? El resultado de la victoria de Hollande es más el producto de un desmérito acumulado en estos años por Sarkozy, que el mérito de haber creado una votación propia en torno a su candidatura. Sólo nos basta recordar que Sarkozy inauguró su mandato en el año 2007 con un nivel de popularidad del 63%, y con esa misma cifra se retira en porcentaje de opiniones desfavorables.

   A pesar de ello, no deja de ser menos cierto que los resultados arrojados por el partido de centro-derecha UPM lo colocan en una posición desventajosa de cara a las elecciones legislativas del mes de junio. Esto se reafirma por un posible escenario de polarización como resultados de los acuerdos a los que puedan llegarse en Bruselas y algunas de las propuestas del plan de gobierno de Hollande. Algunas de las propuestas del nuevo presidente Francés, como las de: Reformar el estatuto penal del presidente para que puedan ser juzgado por delitos anteriores; Subir los impuestos a los más ricos; y negociar el plan de fiscalidad liderado por Merkel, serán objeto de posturas a favor y en contra, donde la derecha podría convertirse en la voz legítima de oposición, restando espacios a posturas moderadas. Le pen aspira convertirse en la oposición real al nuevo gobierno socialista, por eso no ha dado cabida discursiva y mucho menos electoral a UPM. Los resultados alcanzados le permitirían la entrada de diputados a la Asamblea Nacional, hecho éste que no ocurría desde 1986. 


La crisis y sus efectos nos distinguen ideologías


   Es bastante irrisorio observar como algunos sectores de la izquierda Europea  se frotan las manos con el resultado de los efectos de las crisis, en especial con el caso de Francia. Sin duda alguna se infravalora políticamente sus resultados, y al parecer pasan por desapercibido que los efectos no distinguen ideologías políticas. Las crisis afectan a los Gobiernos y sus Gobernantes, cualquiera que fuesen. De izquierda o de derecha, necesariamente tendrán que llevar adelante planes de ajuste.

   Sarkozy representa el mandatario número 17 que ha dejado su país por posibles efectos de la crisis económica en Europa. Recordemos que en el año 2010, el Premier Blair tuvo que dar paso al Partido Conservador. Junto al Reino Unido, Irlanda, Finlandia, Dinamarca, Portugal, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Bélgica, Grecia, España, Italia, Rumanía y Holanda se suman a la lista de países donde los efectos de las crisis económicas han auspiciado virajes política internos.

   Los efectos de las crisis afectan tanto a la Derecha y a la Izquierda. La crisis no tendrá efectos de rédito político en términos exclusivos – como algunos ingenuos pueden creer- .  Es un mito de la Izquierda considerar que serán beneficiaros de algún capital político por los efectos de la reciente crisis en algunos años. Veamos los afectados, para comprobar que ese argumento sería también válido para la Derecha:

   En el caso de Hungría, tras ocho años en el Gobierno el partido socialista MZSP, y un plan de ajuste a cambio de recibir un apoyo internacional de 20.000 millones de Euros – Los socialista también hacen ajustes- sufren un revés electoral, permitiendo el ascenso al poder de Fidesz Orbán, un ultranacionalista.  En el Reino Unido, con la partida del Ex Primer Ministro Blair, llegan al poder los conservadores con el liderazgo de David Cameron, claro está, que no con la mayoría necesaria, lo que los llevó tener que forjar con coalición con los liberales. En Portugal, el rescate y la crisis económica afectó severamente el Gobierno del Socialista Sócrates, lo que luego se tradujo en el ascenso de la centro-derecha Portuguesa. En España, luego de un agotado Gobierno y un déficit fiscal considerable, los españoles han votado al conservador Partido Popular. En Finlandia a inicios del 2012, el conservador Sauli Niinisto confirmó un giro a la derecha en el País. La crisis la ha padecido la izquierda también.

   En contraposición, y para justificar lo que comentaba anteriormente que la crisis no distingue ideologías, en Dinamarca, Eslovaquia y en Francia, el cambio de los Gobiernos ha sido de Derecha a Izquierda. A estos se le suman el adelanto de las elecciones en Holanda donde gobierna una coalición de centro-derecha y los reveses que ha recibido la CDU Alemana en las elecciones de los cantones más importante los últimos meses que dibujan un posible ascenso de la Social-Democracia en ese país.


La Unión Europea podría fortalecerse con las divergencias.


   Otro mito que se ha hecho público, es que con el ascenso de Hollande habrá un viraje un importante en la dirección de la UE y sus planes de ajuste. En Bruselas se tiene presente que la alianza franco-alemana nunca ha dejado de ser útil, a pesar de las divergencias. La historia nos ha dicho que los mejores frutos de la UE  han sido cuando hay diferencias ideológicas- desde su misma fundación-. Basta recordar  el caso del Ex Presidente francés de Unión por la Democracia Francesa Giscard d´Estaing y el Ex Canciller de la SPD Alemana, Helmunt Schmidt. También el dúo formado por el Socialista Francois Miterrand y el DemoCristiano Helmunt Kohl; o el dúo más reciente de Jacques Chirac con el Ex Canciller Alemán de la SPD Gerard Schroeder.

   En la UE ya existían dos bloques. En un lado se encontraba Alemania, Austria, Finlandia y Holanda y en el otro Bloque el resto de los países. La posición de Francia inicialmente en la UE era de una especie de híbrido que finalmente decidió posicionarse del lado de la canciller Merkel. Ahora con Hollande, el bloque de países más afectados por la crisis seguramente pasará a ser liderados por éste. El reto de la política de Hollande en la UE se centra en el cambio de los estatutos del BCE y en las prioridades que se le de a los recursos del Fondo Europeo de Desarrollo y del Banco Europeo de Inversiones.



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